“Necesito un tío que me desbloquee el móvil” – ¿una broma inofensiva? Por lo visto no para los tíos que se le acercan para pedirle la contraseña. Lo que empezó como una coña, se está convirtiendo en un imán para intentos de ligue malinterpretados.
El problema: el humor es subjetivo. Lo que ella ve como una frase casual, algunos lo entienden como una invitación. Un ejemplo de cómo la ironía moderna puede convertirse rápidamente en una atención no deseada. ¿La lección? A veces, menos es más – especialmente cuando se trata de límites digitales.
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