Inclinándose hacia ello

Este momento de comida rápida se convierte en una inesperada muestra de compromiso y equilibrio. El hombre, firmemente plantado dentro del marcador rojo del suelo, se inclina en un ángulo extremo sobre el mostrador como si desafiara la gravedad solo para alcanzar su pedido. Sus piernas permanecen rectas, sus talones apenas tocando el suelo, mientras sus brazos se agarran al borde como si se anclara durante una tormenta de hambre.

No está claro si simplemente está emocionado, exhausto o inventando una nueva pose de fitness mientras espera el pollo frito. De cualquier manera, la escena es hilarante en su absurda casualidad. El contraste entre su intensa inclinación y el entorno ordinario convierte un acto cotidiano en un momento digno de miradas repetidas y ojeadas divertidas. A veces, recoger el almuerzo es una experiencia de cuerpo completo.

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