Piscina no tan tranquila


La piscina suele anunciarse como uno de los momentos más relajantes de la vida en un crucero, pero la experiencia rara vez cumple con la promesa. En lugar de paz y tranquilidad, es probable que encuentres multitudes de pasajeros tratando de disfrutar el mismo espacio. Los niños chapotean, la música suena a todo volumen por los altavoces y la gente habla en voz alta mientras compiten por un lugar para refrescarse.

Para los padres, el nivel de estrés aumenta aún más. Mantener un ojo en tus hijos en una piscina abarrotada está lejos de ser relajante. Incluso sentarse junto a la piscina se convierte en una tarea, ya que el caos dificulta la lectura, el descanso o incluso mantener una conversación. Puede que descubras que esta zona “relajante” añade más estrés del que alivia.

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