Trabajar en un Crucero No es un Viaje de Placer


Trabajar en un crucero puede sonar como el trabajo soñado —recorrer el mundo mientras te pagan— pero la realidad es mucho menos glamurosa. Los miembros de la tripulación a menudo trabajan turnos largos con poco descanso, realizando trabajos exigentes que los dejan exhaustos. El ritmo es implacable, especialmente durante las temporadas altas de viajes.

Las condiciones de vida tampoco son ideales. Los empleados suelen compartir camarotes pequeños con otros, tienen poco tiempo libre y rara vez disfrutan del barco como lo hacen los pasajeros. Detrás de las sonrisas y el servicio, la vida en el mar para los trabajadores es más una cuestión de resistencia que de lujo.

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