La Princesa Diana, la Princesa del Pueblo, conmovió corazones en todo el mundo con su compasión y gracia antes de su prematura muerte a los 36 años. Falleció en un accidente automovilístico en París el 31 de agosto de 1997, mientras era perseguida por paparazzi.

Diana dijo una vez: “No me guío por el libro de reglas… Me dejo llevar por el corazón, no por la cabeza”, un testimonio de su trabajo humanitario y espíritu protector. Su calidez sigue resonando a nivel mundial.

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