Poniéndonos al día tranquilamente

Charlaron de forma ligera mientras comían, evitando intencionadamente los temas más profundos y emotivos. Jamie le preguntó a Emily sobre su vida escolar, y ella respondió con entusiasmo, hablando de sus proyectos de clase favoritos y de una excursión al zoológico. Su voz burbujeaba de energía y orgullo.

Sarah añadió a la conversación historias divertidas, como la de cómo el perro del vecino se había escapado y había perseguido ardillas hasta su patio trasero. La risa alrededor de la mesa se sintió curativa. Por primera vez en mucho tiempo, Jamie no se sintió como un soldado que regresaba de la guerra, se sintió como un padre y un esposo de nuevo.

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