Arte desde el Corazón

Después de la cena, Emily subió corriendo las escaleras y regresó con un fajo de sus dibujos, cada uno cuidadosamente etiquetado. Se sentó junto a Jamie y hojeó las páginas, explicando cada dibujo con alegría. Había escenas coloridas de animales, castillos y un sorprendente retrato de Jamie con su uniforme.

Jamie estudió cada pieza como si fuera un tesoro incalculable, haciéndole preguntas reflexivas y admirando su creciente talento. Verse a sí mismo a través de sus ojos, plasmado en crayón y lápiz, lo conmovió profundamente. Fue un momento de reconexión, un recordatorio simple pero poderoso del vínculo que aún compartían.

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