Abrazando a Sarah
Jamie se puso de pie, y Sarah dio un paso al frente. Cuando se abrazaron, fue a la vez familiar y extraño. La suavidad de su piel, el ritmo de su respiración, todo lo que él había imaginado innumerables veces, ahora finalmente era real. Durante un largo momento, ninguno de los dos habló.
El abrazo lo dijo todo. Ella tembló ligeramente en sus brazos, conteniendo sollozos de alegría y dolor. Dos años de separación habían dejado grietas, pero en ese único abrazo, ambos sintieron que algunas de esas grietas comenzaban a sanar. No fue solo un abrazo, fue un voto silencioso de reconstruir juntos.
Advertisements
Advertisements