La Sentadilla de la Autoridad

Pillado en medio de lo que parece ser una parada de tráfico rutinaria, este oficial ha adoptado una postura que mezcla intimidación con destreza atlética. Con las rodillas flexionadas y la espalda recta, ha adoptado una sentadilla con las piernas separadas para hablar con el conductor a la altura de los ojos. La posición es extrañamente teatral, como si estuviera a punto de empezar una rutina de baile o desafiar al coche a un duelo. La intensidad de su postura solo es rivalizada por la precisión aerodinámica del coche que tiene delante.

Lo que hace que esta escena sea tan irresistiblemente divertida es la yuxtaposición de seriedad profesional y forma cómica. Aunque claramente está cumpliendo con su deber oficial, la postura exagerada transforma el momento en algo casi caricaturesco. Es una clase magistral involuntaria de cómo las personas, incluso uniformadas, pueden adoptar poses tan inusuales que suplican ser compartidas — y recordadas — por su mezcla perfecta de sincronización, contexto y lenguaje corporal.

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