21. El pavo que custodiaba un aparcamiento

En un pequeño pueblo de Massachusetts, un pavo “rebelde” se apropió del aparcamiento de un supermercado. Durante semanas, la emplumada amenaza persiguió coches, bloqueó carritos de la compra e incluso picoteó tapacubos reflectantes. Una desafortunada clienta se le cayeron los huevos en mitad de la carrera mientras el pavo la perseguía batiendo las alas y glugluteando amenazadoramente.

Finalmente, el control de animales reubicó al ave, pero la leyenda perduró. Los lugareños lo apodaron “Tom el Peajista”, afirmando que solo atacaba a la gente que no devolvía sus carritos. La tienda instaló más tarde un recorte de cartón de Tom como “vigilante del aparcamiento”; su mirada sigue disuadiendo a los perezosos.

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