24. El hámster que fingió su muerte por la libertad
Una familia en Alemania pensó que su hámster había muerto. Permaneció inmóvil durante horas, le dieron un entierro sentido y lo lloraron. Pero dos días después, lo encontraron vivo, cubierto de tierra, correteando por el garaje con una mirada de suficiencia. Resulta que había cavado para salir de su propia pequeña tumba.
Los veterinarios creen que entró en un estado de letargo, no de muerte. La familia ahora lo llama “Lázaro” y lo trata como a la realeza. En cuanto al hámster, disfruta de la vida en un tanque de cristal, sin tierra, por si acaso intenta una secuela.
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