Aún no arrestado


Mientras caminaban hacia el vehículo policial, el oficial miró hacia atrás y dijo: “Para que lo sepas, no te estoy arrestando… todavía. Te llevo para interrogarte. Si puedes demostrar que no has hecho nada malo, te dejaremos ir. Pero tendrás que convencernos.” Sus palabras no estaban destinadas a consolar, eran una advertencia, clara y concisa.

Melissa intentó tragar el nudo que se le formaba en la garganta. Así que no estaba arrestada, pero tampoco estaba libre. La incertidumbre lo empeoraba todo. ¿Qué creían exactamente que había hecho? ¿Qué pruebas podrían tener? Se sentía como si estuviera cayendo en una trampa, y no había salida excepto a través de respuestas que ni siquiera sabía que necesitaba dar.

Advertisements
Advertisements