Vergüenza Pública


Los ojos de Melissa se llenaron de lágrimas mientras se deslizaba hacia el asiento trasero del coche de policía. No era solo el miedo lo que la afectaba, era la vergüenza. La gente que estaba fuera de la tienda se había vuelto a mirar. Algunos incluso se habían detenido a susurrar entre ellos. ¿Qué debían estar pensando? Para ellos, probablemente parecía una criminal siendo arrastrada.

Se secó las lágrimas rápidamente, no queriendo mostrar lo profundamente afectada que realmente estaba. Aun así, le costaba respirar con normalidad, le costaba mantener la calma cuando su mundo acababa de dar un vuelco sin previo aviso. No tenía ni idea de qué la acusaban, y el miedo a lo desconocido era casi peor que la humillación de ser vista así.

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