Sin Respuestas, Solo Preguntas
“¿El anillo?”, repitió Melissa, con la voz aguda de incredulidad. “¿Qué pasa con el anillo? Ya le expliqué todo al señor Harris”, insistió. Los oficiales no se inmutaron. El oficial Davis respondió con calma: “Queremos escucharlo de usted nuevamente, esta vez, con nosotros. ¿De dónde lo sacó?” Había una sutil firmeza en su tono, del tipo que significaba que ella no se iría hasta que él estuviera satisfecho con su respuesta.
Melissa los miró fijamente, esforzándose por comprender la gravedad de la situación. ¿Qué podría ser tan serio sobre un anillo como para requerir este tipo de interrogatorio? Lo había traído para una tasación, no para un drama. Cuanto más la presionaban, menos sentido tenía. Ella no era una criminal. Pero la forma en que la miraban la hacía sentir como si ya sospecharan lo contrario.
Advertisements
Advertisements