Traición y amargura
“Bueno, me lo dio mi exnovio”, comenzó Melissa, con la voz teñida de sarcasmo y dolor. “Justo antes de que me engañara con mi mejor amiga. Todavía no los he perdonado a ninguno de los dos por eso, y sinceramente, dudo que lo haga alguna vez”. Sus palabras brotaron rápidamente, una mezcla de resentimiento y años de emociones reprimidas. El anillo, ahora en el centro de este misterio, había simbolizado una mentira.
Estaba a punto de continuar cuando uno de los oficiales levantó una mano, interrumpiéndola. “Está bien, está bien, lo entendemos. Vaya al grano, ¿quiere?”, dijo, claramente desinteresado en el drama personal detrás del anillo. La interrupción repentina hizo que Melissa se sintiera un poco humillada, como si su historia no importara. Pero en el fondo, todavía no entendía por qué les importaba tanto ese anillo.
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