Adaptándose a la Atención Pública


A medida que la ola inicial de atención mediática se desvanecía, Melissa esperaba volver a una vida normal. Pero fuera adonde fuera, la gente la reconocía. Las visitas al supermercado o a la cafetería local a menudo significaban escuchar a extraños susurrar o mirar con curiosidad.

Aunque nadie era grosero, la atención constante la hacía sentir como si viviera en una casa de cristal. Era difícil escapar de la etiqueta: la mujer relacionada con el robo del museo. Echaba de menos la comodidad del anonimato, algo que antes daba por sentado.

Advertisements
Advertisements