En el mundo de humor generalmente burdo de esta comedia de fumetas, la escena de baño de Natalie Portman destaca por razones inesperadas. Curiosamente, se utilizó una doble, no por preocupaciones de desnudez, sino porque la actriz ganadora del Óscar se negó a saltar ella misma al gélido lago.
Este compromiso profesional muestra las realidades prácticas de la producción cinematográfica: a veces, las visiones artísticas requieren soluciones creativas. La decisión de Portman ilustra cómo incluso las celebridades de primer nivel deben encontrar un equilibrio entre el compromiso y la comodidad para dar vida a sus papeles.
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