Preparándose para el peor de los casos
Ante la inminente cirugía de sus gemelas siamesas, los padres hicieron lo que cualquier padre devoto haría: intensificaron sus muestras de amor y dedicaron mucho tiempo familiar a sus hijas. Kendra reflexionó que la semana anterior a la cirugía fue la más memorable que habían vivido, llena de divertidas excursiones familiares al zoológico y a la piscina. La intención era forjar recuerdos perdurables, por si los resultados no eran favorables.
Finalmente, llegó el día crítico: el día en que Kendra y Maliyah serían separadas, y la dinámica de la vida familiar cambiaría para siempre.
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