Un truco sencillo para usar el martillo sin lesionarse

Estás colgando un cuadro, sintiéndote como un superhéroe del bricolaje, y de repente, ¡zas! —tu pulgar se lleva la peor parte. De pronto, ya no eres Bob el Constructor, eres Bob el Llorón. ¡Pero no más! El secreto para martillar sin lesiones es… una pinza de ropa.

Úsala para sujetar el clavo en su sitio y dales un descanso a tus preciosos dedos. Martillarás con confianza, darás en el blanco y evitarás que tus dígitos se conviertan en arte moderno. Es como contratar a un pequeño asistente que no te contesta. ¿Quién iba a decir que las herramientas de lavandería tenían habilidades secretas de carpintería?

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