Los trenes, a menudo, parecen portales mágicos: ¡te subes y zas, estás en otra dimensión! Así que, ¡a tener la lista de la compra a mano, que el mundo exterior se difumina por un momento! Pero en Seúl, ¡han llevado el tren al país de las maravillas y han montado un super dentro!

Ahora, el que curra puede pillar la cena de camino a casa. El bloguero Andrés Miller flipa: ¿hacer la compra entre paradas? ¡Qué puntazo! Ahora, ir de compras es tan rápido como el revisor de metro a primera hora.

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