Número dos


La cara de este nadador lo dice todo: esa mueca intensa podría significar dos cosas: o está perfeccionando la bomba más dramática del mundo, o está descubriendo que los nervios previos a la carrera y los burritos de desayuno no se mezclan. La tensión total del cuerpo sugiere que está a punto de desatar un chapuzón digno de medalla de oro… o de redescubrir urgentemente su almuerzo.

Quizás está practicando su postura de sumo para un cambio de carrera, o tal vez se acaba de dar cuenta de que la parte profunda de la piscina es más profunda de lo esperado. Sea cual sea la historia detrás de esta expresión impagable, una cosa está clara: este es el momento exacto en que el atletismo se encuentra con la comedia absoluta.

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