Una llamada del detective Harris
A la mañana siguiente, el teléfono de Jake sonó. Era un número que no reconocía. Cuando contestó, una voz seria lo saludó. “Sr. Lawson, soy el detective Harris. Necesitamos hablar con usted.”
El corazón de Jake dio un vuelco. “¿Sobre el coche?”, preguntó.
“Sí”, confirmó Harris. “¿Puede venir hoy a la comisaría?” Jake accedió de inmediato, nervioso y curioso por saber qué nuevos acontecimientos habían surgido.
La verdad, al parecer, estaba empezando a salir a la luz.
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