Un Sueño Vívido


En las primeras horas antes del amanecer, Jake se sumergió en un sueño vívido. Volvía a ser un niño pequeño, caminando por un bosque denso e imponente.

Los árboles se alzaban sobre él, proyectando largas sombras. Aunque intimidante, el lugar le resultaba familiar, casi seguro. El viento susurraba suavemente entre las hojas y el suelo crujía bajo sus pies.

El realismo del sueño lo sobresaltó. No se sentía imaginado. Se sentía recordado.

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