Volviendo al Mustang


Regresó al Mustang, sintiendo un hilo invisible que lo unía a la familia que apenas había conocido.
Allí estaba, medio hundido en el suelo del bosque, su armazón cubierto de óxido y silencio.

Jake deslizó sus dedos sobre el capó, imaginando cómo había sido la vida de sus padres justo antes de que desaparecieran.
Se deslizó en el asiento del conductor, inhalando el aire viciado de la cabina, absorbiendo los últimos momentos que una vez habían tenido lugar allí.

Este coche era más que una pista, era un monumento a su pasado.

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