Unas vacaciones que nunca ocurrieron
Una agenda pequeña y gastada había caído en la hierba. La recogió y hojeó las páginas manuscritas.
Había notas de cumpleaños y citas, garabateadas con tinta desvanecida. Luego, una entrada saltó a la vista: “Vacaciones familiares para el cumpleaños de Tom”, cuidadosamente rodeada, junto con un destino.
Jake contuvo el aliento. Esa ubicación, era su ciudad natal.
Este coche se dirigía a su ciudad antes de desaparecer en el bosque.
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