La rebelión del cubo de cerveza

En 1381, un mercader ambulante en la actual Bélgica derramó accidentalmente un cubo de cerveza sobre los pergaminos de un recaudador de impuestos local. El recaudador exigió el pago por los daños e insultó públicamente al mercader. El incidente escaló hasta que el gremio de mercaderes organizó una revuelta violenta, arrastrando a la ciudad a un conflicto civil total.

La llamada “Rebelión del cubo de cerveza” duró semanas y terminó con varias ejecuciones. Si bien los impuestos y la opresión fueron los verdaderos culpables, la chispa fue espumosa y fermentada. En la Europa medieval, incluso una pinta derramada podía ahogar a toda una ciudad en el caos.

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