El honor de una piña

En 1735, dos nobles en Portugal se enzarzaron en una discusión sobre quién trajo la primera piña a Lisboa. La fruta, entonces un artículo de lujo, se convirtió en una cuestión de honor personal. Un insulto llevó a un duelo, luego se formaron facciones y, finalmente, estallaron batallas menores en las fincas circundantes.

Los historiadores se ríen de la “Disputa de la Piña”, pero la violencia fue real. Es un extraño recordatorio de que la fruta tropical, cuando se mezcla con el ego, puede ser explosiva. Hoy en día, se recuerda principalmente en los círculos culinarios, y en la sátira sobre las fatalidades impulsadas por la fruta.

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