El viaje de Chris Pratt, de cómico con sobrepeso a estrella de acción de Hollywood, es sencillamente asombroso. Antes de que se le conociera por su papel en Guardianes de la Galaxia, Pratt se enfrentó al rechazo debido a su peso. Inicialmente audicionó para el papel de Scott Hatteberg en Moneyball: Rompiendo las reglas, pero le dijeron que estaba demasiado gordo para el papel. En lugar de aceptar la derrota, utilizó ese rechazo como motivación para cambiar su estilo de vida, perdiendo peso y demostrando su dedicación a su oficio.


Pratt se comprometió con un régimen de ejercicio riguroso, consumiendo 4.000 calorías al día mientras seguía entrenamientos intensos, incluyendo P90X, correr, nadar, boxeo, kickboxing y entrenamiento de triatlón. Entrenó seis días a la semana con un entrenador personal, lo que finalmente le ayudó a conseguir su físico cincelado. Su transformación le abrió las puertas en Hollywood, consiguiendo papeles protagonistas en películas como Zero Dark Thirty, Jurassic World y La guerra del mañana. Su historia es un ejemplo perfecto de cómo la persistencia y el trabajo duro pueden conducir a resultados que cambian la vida.

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