¿Real o solo una escultura de arena hiperrealista?
He aquí una forma eficaz de detener a los paseantes: una escultura de arena tan realista que hay que mirar dos veces. De lejos, uno juraría ver a una mujer bronceándose tranquilamente. De cerca, uno se da cuenta de que no es más que arena, esculpida con maestría.
La precisión, las proporciones, el realismo… Incluso los más escépticos podrían equivocarse. El artista detrás de esta obra tiene manifiestamente talento y un ojo temible para la anatomía. Crear tanto realismo con un material tan frágil es una verdadera hazaña. Una bella sorpresa playera: entre ilusión óptica y triunfo artístico.
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