Los ponis siempre se quedan con los mejores lugares
Bienvenidos a la Isla Assateague, donde los ponis salvajes deambulan libremente—y no les importa ni un poco tu toalla o tu silla de playa. De hecho, si dejas tu sitio sin vigilancia, lo reclamarán como suyo.
Y honestamente, nos encanta. Hay algo mágico en ver un poni recostado en tu manta como si hubiera pagado alquiler. Quédate a tres metros, saca una foto y deja que los caballos disfruten su momento.
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