Insinuando la Verdad
Mark decidió abordar sus preocupaciones de forma sutil en lugar de confrontar a Emily directamente. Durante la cena, sacó a colación casualmente sus recientes salidas nocturnas y llamadas crípticas, con la intención de sonar más curioso que acusador. “Has estado saliendo mucho últimamente. ¿Todo bien?”, preguntó, manteniendo una expresión neutral. Emily hizo una pausa, sus ojos se entrecerraron ligeramente antes de responder con una vaga excusa sobre reunirse con amigos. Mark conocía bien su tono; algo en él se sentía ensayado, vacío.
Aunque ella trató de restarle importancia, su respuesta carecía de la franqueza que Mark anhelaba. Su tono y sus gestos solo lo hicieron sospechar más. No eran las palabras en sí, sino lo que no se decía lo que avivaba sus dudas. Sintió que ella estaba evitando cuidadosamente cualquier cosa reveladora, y la forzada despreocupación en su respuesta solo levantó más señales de alarma. Una simple pregunta había descubierto una corriente subterránea de incomodidad entre ellos.
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