Vuelan las acusaciones
Sintiéndose acorralada, Emily arremetió. “¿Por qué estás tan inseguro de repente?”, espetó, con la voz teñida de frustración. “¡Estás paranoico, interrogándome constantemente como si hubiera hecho algo malo!”. Mark quedó aturdido por su intensidad. Su ira se desbordó, convirtiendo sus preguntas en combustible para el conflicto en lugar de oportunidades para la claridad.
Las acusaciones calaron hondo. Mark no se veía a sí mismo como controlador, solo preocupado. Pero las palabras de Emily lo pintaron como un marido celoso y desconfiado. Su postura defensiva solo profundizó la brecha. Por primera vez, se dio cuenta de lo mucho que se habían distanciado. La calidez que una vez definió su relación había sido reemplazada por el miedo, la distancia y una hostilidad creciente.
Advertisements
Advertisements