Cuando tu gato puede echarse una siesta en cualquier lado
Que se vayan preparando los campeones de la siesta: este gato se lleva la medalla de oro al sueño improvisado. No necesita una cama mullida ni un cojín suave. ¿Una pila de ropa inestable? ¿Una estantería diminuta? ¿Un zapato viejo? Perfecto. Este maestro del sueño encuentra la paz donde nadie más la buscaría.
Eso sí, hay que tener cuidado de no pisarlo. Pero seamos sinceros: dormir en los lugares más incómodos es parte de su encanto extrañamente irresistible.
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