Cuando tu gato se convierte en un pretzel
Los gatos siempre han sido maestros en doblar la realidad, y sus propias espinas dorsales, pero este ha llevado las cosas a un nuevo nivel. Contemplad: el Gato Pretzel. No solo se ha contorsionado en una forma que haría llorar a un instructor de yoga, sino que su pelaje color canela incluso coincide con la estética. Si entrecierras los ojos, podrías confundirlo con un pastel caliente y retorcido recién salido del horno.
A primera vista, parece extrañamente contento, moldeado en su silla como si hubiera nacido para este papel. Pero entonces captas los ojos: amplios, alerta, posiblemente cuestionando cada decisión de vida que lo llevó a este momento. ¿Está cómodo? ¿Está atascado? La respuesta probablemente sea “sí” a ambas cosas. Y aunque la pose puede gritar “atrapado”, no te dejes engañar. Un estornudo, un tenedor que se cae, un susurro de una bolsa de golosinas, y este pretzel se desenredará instantáneamente en un misil felino en pleno funcionamiento.
Advertisements
Advertisements