Las pelucas se popularizaron porque la sífilis era muy común

En el siglo XVI, la sífilis se propagaba sin control por Inglaterra, causando una variedad de síntomas horribles: llagas, demencia, ceguera y, notablemente, la caída del cabello. La calvicie se convirtió en motivo de vergüenza, lo que llevó a muchas personas a recurrir a pelucas como una forma elegante de cubrirla. Incluso el rey Luis XIV se sumó a la tendencia, contratando a decenas de peluqueros para mantener su colección de elaboradas pelucas.

Con el tiempo, las pelucas pasaron de ser una solución médica a convertirse en un símbolo de riqueza y estatus. A menudo estaban hechas de cabello humano, aunque también se usaba pelo de caballo o cabra. Lo que comenzó como respuesta a una enfermedad se transformó en una moda de la alta sociedad, llevada con orgullo.

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