Se utilizaba mercurio para tratar la sífilis
Antes de la llegada de los antibióticos, los tratamientos para la sífilis a veces eran más peligrosos que la propia enfermedad. Uno de los métodos más comunes consistía en frotar una pomada de mercurio sobre la piel varias veces al día. Los médicos creían que ayudaba a curar, a pesar de los terribles efectos secundarios.
Los pacientes sufrían de úlceras, perdían los dientes y podían sufrir insuficiencia renal. Algunos morían por envenenamiento por mercurio mucho antes de que la sífilis los matara. Este “remedio” era en realidad peor que la enfermedad.
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