Las Ideas Brillantes de Agatha Christie en la Bañera
La Reina del Crimen ideaba sus asesinatos mientras se relajaba en baños calientes y mordisqueaba manzanas crujientes, a veces dejando corazones a medio comer flotando como pruebas. Christie afirmaba que la combinación de la serenidad del agua y el crujido de la manzana le inspiraba sus mejores giros, incluyendo “Asesinato en el Orient Express”. Los miembros de su familia aprendieron a no molestarla a mitad del remojo; ella emergía horas después con los dedos arrugados y un cuaderno lleno de coartadas y pistas falsas.
Su oficina poco convencional resultó ser portátil: en excavaciones arqueológicas con su esposo Max Mallowan, Christie enviaba bañeras plegables a través de Mesopotamia para que el ritual pudiera continuar en medio de las ruinas del desierto. Los escritores modernos acuden a los cafés en busca de inspiración; Christie prefería una escena del crimen llena de espuma con tentempiés de fruta. Sus lluvias de ideas en la bañera les recuerdan a los creativos que el espacio de trabajo perfecto podría ser aquel donde nadie se atreve a interrumpir, porque técnicamente estás en paños menores.