La obsesión de Ludwig van Beethoven por el agua
Beethoven no solo estaba obsesionado con la música, sino también con el agua. El legendario compositor tenía la extraña costumbre de verter jarras de agua sobre sus manos varias veces al día. También insistía en contar exactamente 60 granos de café para cada taza de café que bebía, pero esa es otra excentricidad completamente diferente.
Su compulsivo lavado de manos podría haber sido una señal temprana de TOC o simplemente una peculiaridad personal. Algunos especulan que sus rituales le ayudaban a mantenerse centrado mientras lidiaba con la agitación emocional de la sordera. Sea cual sea la razón, las extrañas rutinas de Beethoven pintan un retrato más complejo, y extrañamente cercano, del genio atormentado.
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