La lechuza compañera de Florence Nightingale
Mientras atendía a los soldados heridos, Florence Nightingale tenía una lechuza como mascota llamada Atenea, a la que llevaba en el bolsillo. Rescató al diminuto pájaro de un mercado griego y lo crió para que respondiera a los silbidos y se sentara tranquilamente durante las rondas médicas. Atenea se convirtió en su compañera nocturna y en su alivio del estrés durante la Guerra de Crimea.
Nightingale incluso diseñó muebles en miniatura para el ave y la lloró profundamente cuando murió. Conservó el cuerpo de Atenea mediante taxidermia y lo mantuvo en su escritorio durante años. Para Florence, la lechuza simbolizaba la sabiduría, la serenidad y su vuelo solitario a través de la oscuridad de la guerra.
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