La obsesión de Alejandro Magno por la ropa perfumada
Según los informes, Alejandro tenía tal fijación con la fragancia que ordenaba que su ropa, su ropa de cama e incluso su cabello fueran perfumados diariamente con aceites exóticos. Creía que oler divinamente elevaba el estatus de uno —y la moral—, especialmente antes de la batalla. Sus ejércitos marcharon hacia Persia oliendo a un jardín real.
Esta obsesión no era meramente lujosa; tenía una estrategia política. Al asociar su presencia con aromas divinos, Alejandro cultivó un aura casi mística. Incluso después de la muerte, su cuerpo fue conservado en miel para retener el aroma. Mientras que la mayoría de los guerreros dependían de las espadas, Alejandro utilizó el aroma como arma para conquistar corazones y también imperios.
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