Ungüentos de Excrementos de Animales
En la medicina del antiguo Egipto y Mesopotamia, las heces de animales se consideraban oro medicinal. Los médicos usaban excremento de cocodrilo como anticonceptivo, excrementos de burro para combatir infecciones y excremento de cerdo para tratar heridas. Estos ingredientes repugnantes se mezclaban en ungüentos o se insertaban en orificios corporales según la condición.
Se pensaba que el fuerte olor o la textura tenían un poder curativo mágico. En realidad, las bacterias en las heces de animales a menudo empeoraban las cosas, lo que provocaba infecciones mortales. Algunos tratamientos también combinaban heces con miel o vino con la esperanza de compensar los riesgos, pero los resultados rara vez valían la pena el hedor. Es uno de los ejemplos más claros donde la medicina antigua estaba literalmente llena de… bueno, ya sabes.