Observándolos

Rebecca empezó a prestar más atención. Cada vez que hablaban, Anna encontraba una excusa para tocar el brazo de Andrew, rozarle el hombro o inclinarse un poco demasiado cerca.

Era sutil, pero el comportamiento parecía lindar con el flirteo. Rebecca no podía decidir si estaba imaginando cosas o si algo genuinamente inapropiado estaba sucediendo. Andrew no parecía coquetear de vuelta… ¿o sí?

Advertisements
Advertisements