Un sentimiento
“¿Qué te pasa, Rebeca? Pareces molesta”, preguntó él suavemente, aunque su voz tenía un tono defensivo. Ella respiró hondo, preparándose. “No puedo quitarme la sensación de que hay algo que no está bien entre tú y Ana”.
Su rostro se ensombreció. Se levantó rápidamente, con los puños apretados a los costados. “¿De qué estás hablando? Ana es como una madre para mí. No hay nada de malo en eso”, espetó. Pero Rebeca sentía que las paredes se cerraban a su alrededor, y ya no estaba tan segura.
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