No Estaba Solo


La voz de Andrew resonaba por el pasillo, pero ella no podía distinguir lo que decía. La incertidumbre solo empeoraba las cosas. ¿Con quién estaba hablando? ¿Qué estaba pasando?

Lo que empezó como una broma tonta ahora parecía sacado de una película de suspense. Rebecca yacía inmóvil debajo de la cama, llena de una mezcla de miedo e incredulidad, tratando de prepararse para cualquier verdad que estuviera a punto de revelarse.

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