Trabajar en un crucero será divertido, dijeron
La vida como empleado de un crucero puede sonar a aventura, pero a menudo es todo lo contrario. Los días son largos, el ritmo es intenso y el tiempo personal es escaso. Los miembros de la tripulación suelen dormir en camarotes compartidos y sin ventanas, con apenas espacio para moverse, y mucho menos para relajarse.
Aunque ver el mundo a cargo de la compañía suena genial en teoría, la realidad implica sacrificio, nostalgia y trabajo ininterrumpido. No es precisamente el trabajo soñado que Instagram hace parecer.
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