¡Mucha suerte encontrando una silla libre!
La cubierta de la piscina en el folleto se ve igual de bien en la vida real, siempre y cuando encuentres un lugar. Las tumbonas se marcan con toallas al amanecer y se defienden como secretos de estado.
Y cuando finalmente consigues una, la tranquilidad desaparece rápidamente. Música a todo volumen, juegos en la piscina y charlas alegres convierten todo en un ataque acústico. Y ay de ti si el barco se balancea, entonces la piscina se convierte en un mini-oleaje.
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