#16: El mito del espacio personal en los submarinos

El espacio personal no existe en un submarino: los tripulantes viven hombro con hombro, apiñados como sardinas en lata. Dormir, comer y trabajar, todo sucede al alcance de los demás, día tras día. Con el tiempo, la cercanía constante se vuelve algo natural.

Los submarinistas aprenden a moverse sincronizados, a hablar en voz baja y a respetar límites invisibles. Lo sorprendente es lo extraño que se siente el mundo después de emerger. Los espacios abiertos en tierra pueden parecer antinaturales, incluso aislantes. Ese ajuste dice mucho sobre el vínculo único que se forma.

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