#37: Se puede saborear la calidad del aire
El aire del submarino no siempre es fresco, ni mucho menos. Con el tiempo, los miembros de la tripulación desarrollan una habilidad inesperada: la capacidad de saborear la calidad de la atmósfera. A medida que se acumula el dióxido de carbono, el aire tiene un sabor agrio y pesado. Aunque los sensores monitorizan los niveles del aire, muchos submarinistas detectan los problemas por instinto.
#37: Se puede saborear la calidad del aire

El aire del submarino no siempre es fresco, ni mucho menos. Con el tiempo, los miembros de la tripulación desarrollan una habilidad inesperada: la capacidad de saborear la calidad de la atmósfera. A medida que se acumula el dióxido de carbono, el aire tiene un sabor agrio y pesado. Aunque los sensores monitorizan los niveles del aire, muchos submarinistas detectan los problemas por instinto.
Un sutil cambio en el olor o el sabor puede desencadenar una reacción en cadena de comprobaciones. Es una forma de entrenamiento sensorial que nadie espera, pero que todos adquieren. En las profundidades de la superficie, donde una sola respiración refleja la salud de tu barco, tu lengua se convierte en una herramienta de seguridad no oficial.
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