Un Tren Extra Largo

Esta dama de honor se merece una ovación de pie. Con una mezcla de pánico y determinación en su rostro, está sosteniendo la enorme cola del vestido de la novia como si su vida dependiera de ello. No es un trabajo glamuroso, pero es el tipo de dedicación que te gana una amistad de por vida y un par de porciones extra de pastel.

Las bodas están llenas de sorpresas, y a veces es el reparto de apoyo el que salva el espectáculo. Gracias a este ajetreo heroico, el vestido de la novia se mantuvo impecable y la ceremonia evitó convertirse en una comedia slapstick.

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