Un tono escalofriante

Cuando finalmente contestaron la llamada, Carter se quedó de piedra. En lugar del tono profesional y familiar de un oficial, lo recibió una voz fría, severa e instantáneamente autoritaria. Cortó su discurso preparado antes de que pudiera siquiera pronunciar una palabra.

La inesperada dureza de la voz lo pilló completamente desprevenido y, por un momento, lo dejó helado. No era la llamada para la que se había estado preparando, y la tensión en el aire se hizo palpable mientras luchaba por encontrar su equilibrio.

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